Mi historia con APIA
Por Javier Martínez. Director del programa de radio Ecogestiona y Dircom de Enviroo.
Desde niño me gusta ver nevar. En mi infancia, cada noche de invierno, me dormía con la esperanza de ver un amanecer blanco al abrir la ventana. Eras los años 80 y aún nevaba con cierta frecuencia en Madrid. Ya en mi adolescencia, y tras regalarme mis padres un termómetro, me puse a tomar notas de las temperaturas que había en mi ventana durante los meses de invierno, a las 9 de la mañana y a las 9 de la noche. Y así durante 4 ó 5 años. Sin pretenderlo me convertí en un agente meteorológico no profesional. Hacía mis gráficas, mis temperaturas medias y la diferencia mes a mes y año a año. Aquello para mí era un juego… era una época analógica y no sabía ni que podías dedicarte profesionalmente a ello. De hecho tenía escondido mi cuaderno como si me avergonzase reconocer que me interesaban estos temas.
Ya en la facultad me interesé por la existencia de un periodismo ambiental y encontré a APIA, a su segundo y tercer Congreso acudí como estudiante. Allí pude ver y oír Joaquín Fernández, Arturo Larena, José María Montero, Luis Guijarro, Luis Merino, Pepa Mosquera, Rosa Pradas, Javier Rico, Antonio Calvo… casi nada.
Entre estos Congresos, en el 98, acabando la carrera, vi un anuncio para hacer un curso especializado en periodismo ambiental. No lo dudé. Allí estaba Mónica Pérez de las Heras para adentrarme en ese mundo. Por desgracia, trabajamos mucho y si ya estábamos concienzados acabamos de estarlo todavía más porque en mitad de curso nos sorprendió el desastre de Aznalcóllar.
En 2001 me hice socio de APIA. Pero, a pesar de ello, en los siguientes años, por circunstancias de la vida, me dediqué a a otro tipo de periodismo, más de política local y nacional. Sin embargo, fue por otro desastre, el del Prestige, que volví circunstancialmente al mundo del medio ambiente y tuve la gran oportunidad de trabajar mano a mano con Carolina Rueda en Onda Madrid para cubrirlo. Aprendí mucha radio con Carola.
En 2008 decidí volver al periodismo ambiental. Y empecé a retomar contactos y hacer nuevos. Llevo más de una década trabajando sin descanso exclusivamente para y por el medio ambiente y no puedo estar más orgulloso. Una década en la que APIA siempre ha estado ahí, y los compañeros ayudando, aconsejando y aportando. Nuestro gremio siempre sirvió de terAPIA. 🙂
Han pasado 25 años y qué contar que nadie intuya sobre la importancia que tiene ahora el periodismo ambiental. Somos más necesarios que nunca para informar, explicar y concienciar sobre la necesaria y urgente transición ecológica que debemos hacer.
Felicito a APIA por su 25º aniversario. Unas bodas de plata de unos periodistas que visto por los avatares y crisis que hemos pasado… merecemos ya el oro 🙂 ¡A por otros 25 años!