Una primavera ganada para la naturaleza

La Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) y BBVA OpenMind han celebrado un webinar para conocer qué ha pasado en la naturaleza y cómo ha evolucionado sin presencia humana durante el periodo de confinamiento debido a la pandemia de la COVID-19.

El objetivo de este webinar era conocer qué había pasado en la naturaleza desde que el 14 de marzo el Gobierno aprobase la declaración del Estado de Alarma en todo el territorio español para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por la COVID-19 hasta el 21 de junio. Entre las medidas contempladas para este espacio de tiempo estaba la restricción de la circulación de los ciudadanos.

“Mientras estuvimos confinados en nuestros hogares, la naturaleza continuó su ciclo normal que coincidió con la primavera”, ha señalado María García, presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA). “Queríamos saber si la naturaleza disfrutó sin la presencia humana. Para ello hemos dado voz a los científicos para que nos cuenten cómo ha sido esta primavera tan particular porque desde nuestros balcones intuíamos el despertar de la naturaleza y lo que nos estábamos perdiendo”.

Queríamos saber si la naturaleza disfrutó sin la presencia humana. Para ello hemos dado voz a los científicos para que nos cuenten cómo ha sido esta primavera tan particular porque desde nuestros balcones intuíamos el despertar de la naturaleza y lo que nos estábamos perdiendo”.

Antoni Ballabriga, director global de negocio responsable de BBVA ha comentado que “el sector financiero ha comenzado a preocuparse por el cambio climático y el capital natural porque vamos a tener una transición ordenada o desordenada, pero la vamos a tener. Desde el sector financiero tenemos la responsabilidad enorme de facilitar esa transición. Por eso en BBVA hemos situado la sostenibilidad como una prioridad estratégica. Queremos acompañar a nuestros clientes hacia esa transición ecológica».

Según Ballabriga, el sector financiero también sufre los impactos del cambio climático y la pérdida de diversidad. “La naturaleza no tiene precio, una mayor regularización sensibilización e inversión es necesaria. Existe una interdependencia con el capital natural y la sostenibilidad es una operatividad estratégica. Para ellos hemos movilizado financiación, 100.000 millones de euros entre 2018-2025 y ya llevamos 40.000 millones. Hemos integrado el impacto ambiental y social en nuestra gestión y nos hemos involucrado con los grupos de interés en la promoción de una financiación sostenible. Queremos destacar aquí nuestro compromiso con los principios de la banca responsable. En este eje situamos el trabajo de la Fundación BBVA y esta iniciativa de OpenMind con la colaboración de APIA”.

“el sector financiero ha comenzado a preocuparse por el cambio climático y el capital natural porque vamos a tener una transición ordenada o desordenada, pero la vamos a tener. Desde el sector financiero tenemos la responsabilidad enorme de facilitar esa transición. Por eso en BBVA hemos situado la sostenibilidad como una prioridad estratégica. Queremos acompañar a nuestros clientes hacia esa transición ecológica»

En palabras de Miguel Ángel Bravo-Utrera, técnico del Equipo de Seguimiento de Procesos Naturales de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC), “el Espacio Natural de Doñana (END), es una entidad administrativa que surge de la reunión del Parque Nacional y el Parque Natural bajo la administración de la Junta de Andalucía”. La EBD mantiene la gestión de dos fincas dentro del parque que tienen la figura de Instalación Científica Tecnológica Singular.

Según Bravo-Utrera el END, este espacio se caracteriza por ser un espacio poco concurrido, por lo que el confinamiento no ha tenido una repercusión muy notable en el grado de tranquilidad que tienen las diferentes especies que lo habitan. Se trata de un terreno con poca actividad humana, únicamente la de las personas que trabajan allí y los turistas. “La afluencia de visitantes durante el confinamiento se vino abajo, los centros de visitantes cerraron. Los tránsitos rocieros, que son muy importantes y puntuales, al final de primavera, este año se han suspendido todos. Se ha reducido incluso la presencia de investigadores. Con la pandemia se ha evitado un impacto importante ocasionado por este tipo de tránsitos”.

Para este investigador, “el estar fuera de juego durante un tiempo le ha venido muy bien a la naturaleza. En Doñana se observó una importante explosión de flores y vida”. Durante esta primavera ha influido mucho la meteorología del invierno pasado, “que ha hecho que, con unas precipitaciones menores a la media interanual, concentradas precisamente durante el confinamiento, los ecosistemas del END hayan tenido malas condiciones para la cría de muchas de las especies más características: águila imperial, milano real, aves acuáticas en general y coloniales en particular. Sólo los ungulados parecen haberse beneficiado de las lluvias primaverales y han llegado a la berrea en buenas condiciones”.

“el estar fuera de juego durante un tiempo le ha venido muy bien a la naturaleza. En Doñana se observó una importante explosión de flores y vida”

Bravo-Utrera ha destacado que esta primavera también “los anfibios se han visto en situación estable, pero en un número bajo por la ausencia de agua permanente y abundante. Para las aves tampoco ha sido un buen año. El bajo nivel de inundación ha hecho que los jabalíes campan a sus anchas afectando a las aves coloniales en su cría”. El investigador considera que la primavera ha sido un poco decepcionante para lo que podría haber sido. Los efectos del cambio climático y la escasez de lluvias si se han agudizado y ha denunciado que “cuatro linces fueron atropellados durante este periodo en el área de Doñana porque los conductores se confiaron de la ausencia de otros vehículos”.

En el caso de los anfibios, según Iñigo Martínez-Solano, Jefe del departamento de Biodiversidad y Biología Evolutiva del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), “a priori cabe pensar que ha sido un buen año para ellos. Por eso yo me he reformulado el título de este webinar y me he preguntado ‘¿Ha sido una primavera ganada para los anfibios?’ Hay motivos para pensar que sí, pero a largo plazo tendremos una idea mejor de lo que ha supuesto este periodo de confinamiento”.

‘¿Ha sido una primavera ganada para los anfibios?’ Hay motivos para pensar que sí, pero a largo plazo tendremos una idea mejor de lo que ha supuesto este periodo de confinamiento”

Para este investigador, los anfibios están en regresión por la destrucción de su hábitat y el cambio climático. Son poblaciones que se caracterizan por presentar fuertes fluctuaciones de abundancia a lo largo del tiempo muy cambiantes y ha querido dejar claro que “responder a esta pregunta requiere una perspectiva a largo plazo”. No obstante, ha denunciado el efecto negativo de las carreteras “que causan mortalidad por los atropellos”. Ha destacado que ellos llevan a cabo un programa  “en el que no nos interesa ver cuántas ranas hay en una charca sino saber cual es la viabilidad de su población a largo plazo. Por eso, este año con los datos que tenemos todavía sólo podemos especular”.

La zona de estudio de este equipo de investigación se ubica en Guadarrama en la Sierra de la Cabrera. Allí disponen de dos charcas temporales, la laguna de Valdemanco y una antigua gravera de pequeñas dimensiones que han formado un sistema acuático temporal separadas entre sí por 700 metros. Disponen de una comunidad de nueve anfibios para su estudio. “Partimos de poblaciones que son relativamente pequeñas. Pero consideramos que lo realmente importante es la conectividad entre núcleos reproductores”, ha comentado Martínez-Solano.

Según este investigador, uno de los efectos más positivos del confinamiento ha sido la reducción del tráfico en una primavera muy lluviosa, gracias a la cual se podría avanzar que ha disminuido la mortalidad y que se ha favorecido el éxito reproductor, “pero que hay que esperar todavía unos años y continuar el seguimiento a más largo plazo”.

Javier Fuertes Aguilar, Jefe del departamento de Biodiversidad y Conservación del Real Jardín Botánico (RJB-CSIC), refiriéndose también a la meteorología, ha comentado que la primavera de 2020, según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), fue una primavera significativamente más lluviosa que la de los últimos cinco años, especialmente durante los meses de marzo y abril en el centro y Suroeste de la Península. Sin embargo, en las Islas Canarias fue sensiblemente más seca en las islas centrales (Tenerife y Gran Canaria), de donde además se venía de un otoño e invierno seco del año anterior. “Según este régimen la floración fue más o menos intensa”, ha señalado.

Por este motivo, las plantas más beneficiadas por la combinación de un periodo con mayor precipitación y la disminución de la actividad humana fueron aquellas con un ciclo de vida anual, una floración temprana y con un hábitat más afectado habitualmente por el hombre o muy dependiente de la humedad.

las plantas más beneficiadas por la combinación de un periodo con mayor precipitación y la disminución de la actividad humana fueron aquellas con un ciclo de vida anual, una floración temprana y con un hábitat más afectado habitualmente por el hombre o muy dependiente de la humedad

Otro hecho evidente que ha destacado Javier Fuertes son las consecuencias en aceras, cunetas, parques y jardines de las zonas urbanas, “donde las labores de aplicación de herbicidas habitualmente pasan desapercibidas, la ausencia de estos tratamientos se reflejó en un aumento considerable de la vegetación sobre todo de las conocidas como ‘malas hierbas’ que nosotros no cultivamos o promovemos pero que son precursores de los cultivos, de aquellas plantas que son aprovechadas luego por el hombre”.

Al referirse a las zonas suburbanas, aquellas con una vegetación arbórea más natural, pero con influencia humana, Fuertes ha explicado que se “observó un incremento en el censo y actividad de la fauna de vertebrados e invertebrados”. Sin embargo, ha comentado que, “en aquellos lugares sin vegetación herbácea y arbustiva debida a la compactación de los suelos por el tránsito humano y las actividades deportivas, sobre todo bicicletas, y lúdicas no se observó ninguna recuperación”.

Por otro lado, el científico del RJB-CSIC, ha afirmado que en aquellos ecosistemas mejor conservados, es decir, con un mayor número de especies vegetales, y con una composición más estable, donde las relaciones entre los organismos (hongos, plantas, animales y microorganismos) mantienen un equilibrio más robusto, “los efectos de la ausencia de actividad humana fueron simplemente los de otro ciclo anual con una pluviometría más alta. La gran biodiversidad sirve de colchón para que los efectos adversos no sean visibles a largo plazo”.

«La gran biodiversidad sirve de colchón para que los efectos adversos no sean visibles a largo plazo”

En relación a las políticas de conservación, Fuertes Aguilar ha mostrado su sorpresa debido principalmente a que con la disminución de actividades al aire libre, “se registró un cierto aumento de los atentados contra el medio natural. La falta de vigilancia, la ausencia de testigos, la sensación de impunidad, y por qué no decirlo el incivismo amparado a veces por la vista gorda de autoridades locales resultó en casos flagrantes de daños muy graves a los ecosistemas”.

“se registró un cierto aumento de los atentados contra el medio natural. La falta de vigilancia, la ausencia de testigos, la sensación de impunidad, y por qué no decirlo el incivismo amparado a veces por la vista gorda de autoridades locales»

Por último, Fuertes Aguilar ha comentado que, como denunciaron los medios de comunicación, se ha producido una recolección masiva e indiscriminada de hongos en el Sistema Ibérico y en el Prepirineo de Huesca y Cataluña. También se han modificado los reglamentos de explotación de acuíferos para regadíos en Andalucía, y Castilla la Mancha y de urbanización del suelo en la Comunidad de Madrid, amparándose en la supuesta necesidad de recuperación de la actividad económica.

Para finalizar, los tres expertos han resuelto las dudas de los espectadores que estaban siguiendo sus intervenciones en directo. Las preguntas han girado en torno a los diferentes temas tratados, desde el estado de salud de los ecosistemas mencionados a las sorprendentes consecuencias negativas que ha traído consigo la ausencia del ser humano en determinados espacios urbanos y suburbanos, aunque Fuertes Aguilar ha querido matizar lo comentado: “Ha habido efectos no deseados, pero son efectos naturales, no tanto negativos […] La naturaleza es lo que tiene”.