Éxito del X Congreso de Periodismo Ambiental celebrado en España
- El periodismo ambiental tiene un presente difícil, pero un futuro brillante
- Ecoembes recibe el premio Vía Apia a la mejor práctica informativa y el Gobierno ruso el premio Vía Crucis a la peor, por la detención de dos periodistas junto a la tripulación del barco “Artic Sunrise” de Greenpeace
El X Congreso Internacional de Periodismo Ambiental, organizado por la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), se celebró los pasados días 20 y 21 de noviembre en Madrid con un éxito rotundo. Los alrededor de 200 asistentes al evento analizaron con detalle la coyuntura que atraviesa el periodismo ambiental, duramente golpeado por la crisis económica y la transformación de los medios tradicionales, así como los retos y las oportunidades que surgen en el mundo digital. El Congreso fue transmitido en directo por Internet y tuvo una notable incidencia en las redes sociales; durante su clausura, la Asociación hizo entrega de sus premios anuales, Vía Apia y Vía Crucis, a la mejor y la peor práctica de transparencia informativa, respectivamente.
Inauguró el evento Miguel Arias Cañete, ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, quien felicitó al colectivo de periodistas de información ambiental “por su rigor, veracidad y eficacia” a la hora de ejercer su profesión. En su opinión, la información ambiental trata temas muy delicados, con gran trascendencia, que “si no se transmiten adecuadamente, se puede generara alarma social”.
Tras este arranque, el Congreso continuó con las intervenciones de Elsa González, presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España y de Clara Navío, presidenta de APIA. Ambas destacaron la grave situación del oficio de periodista en España –unos 10.500 profesionales de los medios de comunicación han perdido su puesto de trabajo en los últimos cinco años–, y las precarias condiciones laborales; en palabras de Navío, “los periodistas estamos inmersos en una especie de vorágine de eficiencia inversa, en la que para ganar lo mismo o menos, hay que trabajar el doble o más”.
Esa primera mesa inaugural contó también con la participación de de Borja Sarasola, consejero de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de Madrid –subrayó la importancia de la transparencia informativa en la Administración– y la de José Vicente de Juan, patrono delegado de la Fundación Diario Madrid, entidad que acogió en sus salones la celebración del Congreso.
La siguiente mesa tuvo una única integrante, María Novo, catedrática UNESCO de Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible de la UNED, quien impartió una conferencia magistral sobre la situación global del medio ambiente y su relación con el insostenible modelo de desarrollo económico, abordando sus vertientes sociales y políticas.
Ardillas y Dinosaurios
Cinco periodistas veteranos, pioneros de la información ambiental en nuestro país, debatieron sobre la crisis de los grandes medios –calificados de “dinosaurios”– y el nacimiento de medios alternativos –denominados “ardillas”–, la mayoría de los cuales están ligados a Internet. Señalaron que la profesión atraviesa una encrucijada difícil, pero transitoria, y abogaron por fórmulas de autoempleo, más flexibles que las tradicionales, y por “resistir” hasta que estas nuevas vías laborales se afiancen y el periodismo ambiental recupere impulso y presencia social.
Una mesa sobre la filosofía y el pensamiento ambiental analizó, entre otras materias, la sensibilización social motivada por la información relacionada con el medio ambiente –sólo ente el 2% y el 3% de los encuestados señalan espontáneamente que la ecología figura entre sus intereses personales– y el modo en que se tergiversa el lenguaje ambiental y sus conceptos asociados para convertirlos en herramientas de marketing.
Los ataques a zonas ambientalmente protegidas sucedidos en la Región de Murcia, el lamentable estado de algunas rías gallegas y la vergonzosa actuación institucional al respecto –tema eclipsado por otros recientes acontecimientos sucedidos en Galicia–, así como el modo en que Andalucía afronta los incendios forestales, ejemplificaron el ejercicio del periodismo ambiental en el plano autonómico y local.
Un panel formado por periodistas y profesionales integrados en gabinetes de empresas e instituciones de primer nivel –complementado por una fila cero de invitados– cerró el primer día del Congreso. Durante sus intervenciones, los participantes explicaron su labor “en este lado de la trinchera” del proceso de elaboración de la información, muchas veces desconocido y minusvalorado por los periodistas convencionales. Así, reivindicaron su necesaria función de facilitadotes e intermediarios que trabajan guiados por un triple compromiso: “atención, veracidad y prudencia”.
Pérdida de espacio docente
La segunda jornada del Congreso comenzó con una mesa sobre la docencia del periodismo ambiental y su peso en los programas de varias universidades. Ligado habitualmente a otras disciplinas, como la ciencia, la salud o los viajes, el periodismo ambiental está perdiendo presencia, en parte por la falta de interés del alumnado y en parte por las modificaciones introducidas por el Plan Bolonia en la enseñanza superior.
Acto seguido llegó el momento de que se defendieran las seis comunicaciones presentadas al Congreso, cuatro de las cuales estuvieron ligadas al cambio climático –cine infantil y cambio climático, la percepción de los universitarios sobre el cambio climático, el análisis de los ejes del discurso hegemónico sobre el cambio climático, y la desacertada fijación del punto focal de 2º C de incremento de la temperatura como umbral de riesgo–, mientras que las otras dos trataron la comunicación interpersonal para concienciar sobre el tratamiento de residuos, y la organización de eventos.
Con formato de taller para el debate se desarrolló un panel protagonizado por emprendedores que han lanzado sus propias empresas y proyectos informativos aprovechando nuevos nichos de mercado y aplicando sistemas de captación de fondos próximos al mecenazgo, además de los tradicionales. Impulsando la mayoría de estas iniciativas está la vocación de comunicar –tónica dominante– y la necesidad de encontrar nuevas salidas profesionales. Nuevamente, la palabra “resistir”, esperar a que escampe el temporal económico, fue la recomendación general.
Blogueros y periodistas
En relación directa con el panel anterior, blogueros periodistas y blogueros no periodistas deliberaron sobre el fenómeno de los blogs –¿es un nuevo género periodístico?– y sobre la notoriedad que otorga a sus autores, llegando, en algunos casos, a convertirse en una fuente de ingresos complementaria o, incluso, en una salida laboral plena. No obstante, el camino es largo, exige una gran dedicación temporal y, como en casi todas las actividades informativas del mundo digital, difusión adicional en las redes sociales.
La vertiente más internacional del Congreso la aportaron las intervenciones de nueve periodistas ambientales de otros tantos países, en su mayoría grabadas en vídeo. Excepto en aquellos estados con riqueza ambiental amenazada, como Brasil, o con una sensibilización social relevante, como Alemania, sus comentarios reflejaron el escaso interés que todavía despierta la información sobre el medio ambiente y la falta de profesionales especializados. Incluso en países como EE UU, en el que, según reflejan las encuestas, un 80% de los ciudadanos reclaman más información ambiental, las noticias relacionadas con ésta sólo ocupan el 1% de las portadas de los grandes diarios.
El último panel del Congreso estuvo dedicado al empleo y al periodismo ambiental. El tema había sobrevolado todo el evento, y la mesa ahondó en él con la exposición de nuevas posibilidades ligadas a las redes sociales, desgranando las figuras jurídicas más apropiadas para emprender un negocio de periodismo ambiental, o con la exposición de nuevas posibilidades cooperativas, entre otros ejemplos de iniciativas y opciones laborales.
Entrega de premios
Para clausurar el Congreso –tras un homenaje a la veterana periodista y socia de APIA Mª Antonia Castro, coordinadora de este y de la mayor parte de los congresos anteriores–, la Asociación hizo entrega de los premios Vía Apia y Vía Crucis, a las mejores y las peores prácticas de transparencia informativa, respectivamente. Ambos premios tienen carácter anual y son decididos por la Asamblea de la Asociación.
En la edición de este año, el galardonado con el premio Vía Apia ha sido Ecoembes, por “encontrar siempre una respuesta ante cualquier pregunta relacionada con el reciclaje de envases y por impulsar visitas formativas, premios y congresos de la especialidad del periodismo ambiental, ayudando a los periodistas jóvenes y veteranos a saber traducir la complejidad del medio ambiente y de la información ambiental, haciéndola comprensible y atractiva para el gran público, sin perder rigor”. Ignacio González, presidente de Ecoembes, fue el encargado de recoger el premio.
El premio Via Crucis, por su parte, recayó en el Gobierno de Rusia, por la detención del cámara ruso Denis Sinyakov y del fotógrafo británico Kieron Bryan. El 18 de septiembre, Greenpeace realizó una acción pacífica contra una plataforma petrolera, Prirazlomnaya, que pertenece al gigante energético ruso Gazprom, para detener los planes de perforación en las aguas árticas del Mar de Barents. Tras pasar por la cárcel, los dos periodistas están en libertad condicional. Ningún representante de las autoridades rusas acudió para recoger el premio, ni hubo señal alguna de que se tuviera constancia de haberlo recibido.
Compensación de emisiones contaminantes
Todas las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del Congreso, evaluadas en casi tres millones de toneladas CO2, se compensarán a través del proyecto “Conservación de la Amazonía en Madre de Dios”, en Perú. Incluido en la plataforma CeroCO2 –una iniciativa de la Fundación Ecología y Desarrollo–, APIA realizará la compensación voluntariamente, gracias al Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de Kioto. Esta es la primera vez que se compensan íntegramente las emisiones de un congreso de periodismo ambiental.
Sin duda alguna, “Tenemos futuro”
A modo de balance final del X Congreso Internacional de Periodismo Ambiental, bien sirven unas palabras de la Presidenta de APIA, en alusión al lema que lo ha encabezado, “Tenemos futuro”: “no cabe duda de que tenemos futuro, porque la información ambiental cada vez es más amplia y, además de los medios, hay muchas otras entidades que reclaman periodistas para informar a la sociedad; afortunadamente, tenemos unos profesionales que son un lujo, un tesoro extraordinario”.
“Porque –añade Navío– vamos a seguir haciendo lo que hemos hecho hasta ahora. Si hemos llegado hasta aquí, si la información ambiental está donde está en España, es porque nos hemos empeñado. Ha sido a base de los empeños individuales de los periodistas ambientales por lo que esta información comenzó en su momento a aparecer en los medios, y aún hoy, en gran medida, sigue siendo así. Que en algunos medios sus directivos son más receptivos, no vamos a negarlo. Pero, a cada uno lo suyo. Y los periodistas ambientales, allá donde estén, se trabajan a conciencia esa presencia. Porque tenemos la vocación y la clara la importancia y necesidad de nuestro trabajo”.
Sobre APIA
La Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) reúne a periodistas que trabajan en el ámbito de la información sobre medio ambiente de toda España. Fundada en 1994, está formada por más de 200 profesionales de los medios de comunicación o del ámbito de la comunicación.