Julio Llamazares ha querido compartir con nosotros la presentación que hizo en nuestro XV #CongresoAPIA: Benet y yo: distintas formas de mirar el agua
Benet y yo: distintas formas de mirar el agua
JULIO LLAMAZARES
Hay distintas formas de mirar el agua, depende de cada uno y de lo que busque. También de la propia historia, de la peripecia biográfica personal o colectiva, de la necesidad o de la abundancia de agua en una región o país concretos, de la capacidad de metaforización de la realidad o de la nula imaginación o inclinación a la fantasía de las personas. El agua, como cualquier otro elemento de la naturaleza, sólo que con más poder de influencia en la vida de las personas debido a su fragilidad y su escasez y a su necesidad para la supervivencia humana, admite muchas miradas distintas y, por lo tanto, alienta pasiones y sueños muy diferentes.
El sueño de Juan Benet, escritor y constructor de presas hidráulicas (entre ellas la que sepultó mi pueblo) fue siempre el de convertir España en una red de ríos comunicados entre sí merced a grandes trasvases de manera que el agua del norte llegara al sur del país, más necesitado de ella por su menor pluviosidad: “Si yo fuera presidente del Gobierno – escribía en una recopilación de textos técnicos de 2009 para el Colegio Oficial de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Murcia titulada, a imitación de un programa de la televisión de entonces, Si yo fuera presidente. La hidráulica como solución a las necesidades hídricas - , mi ejercicio se señalaría por el intento, coronado por el éxito, de corregir mediante la hidráulica el desequilibrio hídrico español de una vez y para varias generaciones”. Visto así, el sueño de Juan Benet es moralmente intachable en tanto que propone el reparto entre todos los españoles de un bien escaso como es el agua, sueño que sería perfecto si, a cambio de ello, las regiones productoras de otros bienes precisamente por su situación geográfica también los repartieran con las que les dan el agua, algo que hoy por hoy no sucede. Aparte de que desde el punto de vista medioambiental existen más que fundadas dudas sobre la bondad del sueño benetiano aunque solamente sea porque los ríos, contra lo que algunos creen, no son simples cauces transportadores de agua, sino que sirven también como elementos de humidificación y aporte de nuevos limos a las riberas por las que pasan o a los deltas en los que desembocan, sin contar con su condición de hilos vertebradores de vida, cultura y economía.
En el extremo opuesto al de Juan Benet estarían todos esos que han hecho de la ecología una religión moderna. Me refiero a esas personas, normalmente agrupadas en asociaciones, unas más radicales y otras menos, que, con el pretexto de respetar la naturaleza incluso cuando ésta no nos respeta a nosotros, mantienen una postura extremadamente conservadora respecto de los ríos y otros aportes de agua que les lleva a oponerse incluso a aprovechamientos de éstos indispensables para las poblaciones de su alrededor. Es otra forma de ver el agua, de mirar ese elemento que, por indispensable y difícil de conseguir a menudo (sólo la naturaleza la produce cuando y donde le parece), no es tan caro como debería. Quiero decir: tan cuidado y aprovechado como su valor demanda.
Entre esos dos extremos, el del soñador Benet y el de los conservancionistas más radicales, hay mil maneras de mirar el agua. Desde la juvenil y romántica que llena la cabeza de fantasías a la literaria de un viejo vecino mío ya fallecido, un campesino llamado Ovidio, de aspecto más cercano al de Sancho Panza que al de don Quijote pero que sostenía como la cosa más natural que el agua se duerme por las noches (el que se dormía era él mientras esperaba el turno para regar sus prados tumbado al lado de las acequias), desde la melancólica de los enamorados parisinos o venecianos, esos que tiran las llaves de sus candados de amor al Sena o a los canales de la laguna de Venecia desde los puentes a cuyas barandillas los sujetan con grave riesgo para estos últimos, a la utilitaria de los agricultores de cualquier lugar del planeta. Todas son igual de reales, por más que algunas nos parezcan más fantasiosas.
En medio de todas ellas, pero alejada de las dos extremas (la de quienes contemplan el agua como un bien a aprovechar a toda costa, incluso a cambio de violentar la naturaleza y, si hace falta, la vida de las personas, y la de quienes la consideran algo sagrado y por lo tanto tan intocable como si fuera una divinidad), mi forma de mirar ese líquido elemento que tantas pugnas y discusiones provoca es, como corresponde a mi condición, más literaria que materialista. Lo cual no quita para que, al mismo tiempo, comprenda tanto su dimensión real como su consideración política y económica.
Esta última comencé a entenderla muy pronto cuando el pueblo en el que me nacieron fue borrado de los mapas por un embalse del río junto al que aquél había surgido hacía posiblemente un par de milenios. Mi corta edad por aquellos tiempos (años 60 del siglo XX) junto con la circunstancia de que mi familia se trasladó a vivir otro sitio antes de que comenzaran las obras, por lo que yo no las presencié, no impidió que entendiera la tragedia que para los vecinos de Vegamián y de las otras siete aldeas vecinas a los que la presa del río Porma expulsó de sus casas y arrancó bruscamente sus raíces, entendimiento que se haría más preciso cuando, pasados algunos años, no muchos, pude ver y hasta tocar los esqueletos de aquellos antiguos pueblos merced a una circunstancia poco habitual como fue el vaciado completo del embalse para proceder a una revisión de la presa. Los poemas que escribí en aquellos días y que no llegaron a fructificar en libro, tan fuerte era mi emoción, y la historia que rodamos en aquellos escenarios tremebundos aprovechando su breve vuelta a la luz para integrarla en una película que se estaba filmando en aquellos días: El filandón, de José María Martín Sarmiento, son las pruebas de ese entendimiento y de la conmoción dramática en la que me sumergió. Hasta entonces yo sabía que el agua había anegado mi pueblo y otra media docena como él, sepultado para siempre sus paisajes y los recuerdos de sus vecinos (no así los míos, pues me fui de él tan pequeño que ni siquiera alcancé a tenerlos) para regar los de otras personas, pero ignoraba hasta qué punto sus efectos destructores habían sido tan importantes. Fango, paredes rotas y desventradas, tejados alejados como barcos de sus sitios primitivos, casas caídas, puertas podridas y rotas, objetos enterrados en el lodo que reaparecían al revolver en él… El paisaje de Vegamián estaba más cercano a la visión de una película de terror que a la placidez que sugieren cuando están llenos esos embalses que enmarcan normalmente montañas y paisajes hermosísimos por cuyas carreteras los automovilistas pasan contemplándolos con admiración.
Mi conmoción a raíz de aquella visión (una conmocción visual, pero también poética y literaria) coincidiría en el tiempo con la recuperación por el gobierno español de la época (años 80 del siglo XX, recién recuperadas la libertad y la democracia en el país) de un viejo proyecto hidráulico comenzado por el régimen de Franco pero inacabado a la muerte del dictador, así como la puesta en marcha de algunos otros proyectados, como la mayoría de ellos, en tiempos del Regeneracionismo. Los sucesos de Riaño, con todas sus circunstancias dignas de olvido (la actitud de unos gobernantes de filiación socialista que hasta pocos años criticaban las grandes obras hidráulicas del franquismo y que de pronto pasaban a promoverlas, la insensibilidad con la que las acometieron, la dureza con la que reprimieron a quienes se oponían a su culminación, el egoísmo y la insolidaridad de los presuntos beneficiarios por el cierre de la presa de Riaño, ya fueran las compañías hidroeléctricas o los agricultores de la Tierra de Campos leonesa y castellana, que reclamaban aquél sin preocuparse por los perjudicados, incluso amenazándolos – a ellos y a quienes los apoyábamos - por manifestarse en contra), me sumergieron en un sentimiento mezcla de desconsuelo y de ira que perduró en mí mucho tiempo y aún perdura en cierto modo. Aunque el que acabaría triunfando fuera el de la melancolía, quizá por aquello que decía Ortega y Gasset de que el esfuerzo inútil conduce inexorablemente a ésta.
Por aquellos años también conocí en Madrid al autor de la presa bajo la que desapareció mi pueblo. Semirretirado ya de su trabajo como ingeniero y convertido en un escritor prestigioso, que no famoso (su literatura no se lo permitía), Juan Benet se había vuelto una figura con una gran influencia en la vida literaria y política española. Habitual de las noches madrileñas, que yo vivía también con intensidad (recién llegado de mi provincia, todo me resultaba atractivo), no tardamos mucho tiempo en conocernos, ya que teníamos algún amigo común y frecuentábamos los mismos cafés y bares de copas. El ya sabía de mi existencia y sentía curiosidad, por lo que yo no tardé en saber, por aquel joven poeta que había nacido en un lugar que para él era muy significativo, no sólo por haberlo sepultado con la primera presa que dirigía como ingeniero sino por servir de trasunto escénico de la primera novela que escribía precisamente mientras se elevaba aquélla: Volverás a Región, una novela que hoy es ya un hito de la literatura española del siglo XX. Por mi parte, mi curiosidad por Juan Benet era más literaria que personal y, dentro de ésta, además, el rechazo primaba sobre cualquier otro sentimiento. Aunque yo no había sufrido directamente las consecuencias de su primera obra de ingeniería, le consideraba culpable del sufrimiento al que había condenado a mis antiguos vecinos de Vegamián, a muchos de los cuales vi llorar numerosas veces al recordarlo incluso muchos años después de desaparecido el pueblo. Así que nuestro primer encuentro fue un tanto hosco, pese a que ni siquiera hablamos de lo que nos unía. Tendría que pasar el tiempo para que trabáramos cierta familiaridad, que nunca pasó de ahí aunque nos vimos bastantes veces (incluso yo lo entrevisté una vez para un programa de televisión en el que trabajé algún tiempo en los años 80), entre otras cosas porque polemizamos públicamente en la prensa sobre el cierre del pantano de Riaño y sobre la política hidráulica de los gobiernos socialistas de Felipe González, en la que Juan Benet influyó bastante y sobre la que disentíamos radicalmente, como es natural.
Sin dejar de hacerlo hasta hoy, con los años le he perdonado, no obstante, lo que me dijo una de aquellas noches seguramente animado por el mucho whisky que había bebido, aunque tampoco lo necesitaba (Benet siempre hizo de la arrogancia un escudo, aunque conmigo la utilizó pocas veces): “No sé de qué te quejas si tú eres escritor gracias a mí”. Lógicamente, en aquel momento, la frase la recibí como un insulto y como tal le respondí con otro que él hizo como que no escuchó, aunque, eso sí, se separó de la mesa en la que yo estaba y se fue. Seguimos viéndonos y hablando de cuando en cuando, pero nunca volvimos a hacerlo de aquella noche. Era como si los dos supiéramos que había algo entre nosotros que nos aproximaba y nos alejaba a la vez.
Lo que nos aproximaba y nos alejaba a la vez no era otra cosa que nuestra relación con el río Porma y con Vegamián y nuestra diferente forma de mirar el agua. Pues, si bien compartíamos una parte de ella, la de su contemplación como reflejo del propio espíritu, tan literaria como filosófica, disentíamos en la otra, esto es, en su observación realista. Mientras que para Benet el agua, aparte de un espejo en el que contemplar la vida, era un bien a domeñar y a aprovechar hasta la última gota, tan necesario le parecía para el progreso de los países, para mí esta mirada utilitarista quedaba inutilizada por la primera, máxime después de haber sufrido indirectamente las consecuencias de ese domeñamiento. Y es que la vida no se ve igual desde una perspectiva personal que desde otra, de la misma manera en que el mar o un río no son lo mismo para el pescador que vive de ellos que para el hombre que los contempla al pasar al lado.
Lo más curioso de todo es que la explicación a ello la dio el propio Juan Benet cuando, para recriminarme mis críticas a su labor y a la de quienes como él anteponían en su trabajo los objetivos a sus consecuencias, los fines a los medios, el beneficio económico a la destrucción causada, justificando ésta por los primeros, me dijo aquella frase que tanto me ofendió aquella noche pero que con el tiempo acabaría aceptando como acertada: en efecto, yo era escritor gracias a su intervención, al desgarro que ésta comportaría en mi vida, a la sensación de pérdida y desarraigo que siempre me acompañaría ya y que impregna todo lo que escribo ¿O, si no, de dónde viene esa debilidad mía por la memoria, por la fugacidad del tiempo y de las personas, por el paisaje como soporte estético de la vida, por el agua y por la nieve como símbolos de un mundo en continua destrucción y como metáforas de la fragilidad humana?
No seré yo quien intente aquí extraer conclusiones sicoanalíticas de mi propia obra, que sin duda será susceptible de ellas, como las de todos los escritores y los poetas, pero, rememorándola, advierto en seguida en ella una querencia por ciertos símbolos que sin duda tienen que ver con mi propia historia. Que el escritor no elige los temas, sino que éstos se le imponen en función de su biografía y de su sensibilidad, es algo que descubrí ya hace mucho, pero que los símbolos también lo hacen me ha costado bastante más comprenderlo. Quizá porque los símbolos, al contrario que los temas narrativos, vienen de lo irracional y a la irracionalidad regresan cuando han cumplido su cometido.
Los ríos, la nieve, el agua, la luna, el amarillo que lo ilumina todo, el rojo y negro de las estaciones, los bueyes y las ortigas, las catedrales y los mendigos son elementos que se repiten en mis poemas y en mis relatos y cuyo significado trasciende al de su propia esencia. Porque el río del olvido no es el Curueño como tal río, sino su reflejo en mí. Porque el Duero no es el Duero solamente, sino el cuaderno en el que se quedó parado. Porque las fuentes y los arroyos que corren por mis novelas y por mis versos son los que surgen de mi memoria, esa materia fugaz que también se pierde, como la nieve, cuando la derrite el tiempo. Sin querer ejercer de crítico de mí mismo, puedo afirmar, sin embargo, que el agua que brota de mis escritos es la misma que miraba cuando niño desde la orilla del río o, al atravesar los puentes, desde las ventanillas del tren o del coche que me llevaban de un lado a otro, cosa que no he dejado de hacer hasta el día de hoy. Y es que aquel agua, aquella nieve deshecha por el deshielo que bajaba en primavera de los neveros de las montañas de mi provincia, aquel murmullo infinito que brotaba de las fuentes y los cauces de los ríos en verano mientras me bañaba en ellos no lo hacía tanto en el fondo de éstos como en el de mi propio espíritu.
Volverás a Región rezaba la profecía de Juan Benet (profecía literaria, pero que se demostró real para mucha gente) y a fe que en mi se cumplió, porque desde que la conocí no he hecho otra cosa que darle vueltas. En cada línea, en cada idea o esbozo de pensamiento, en cada libro que escribo o en cada proyección de mi memoria y de mi vida está presente esa profecía y no porque lo desee, como le ocurre a algunas personas. Me refiero a esas que, cuando miran un río, ven más que agua y cuando se detienen al borde de un embalse no exclaman “¡Qué bonito!”. Esas personas para las que los pantanos esconden mucho dolor y mucha desgracia pese a que en su generosidad comprendan que a veces es necesario el sacrificio de unos para que otros puedan vivir mejor.
Sin ser tan generoso como ellas y sin sentir la profecía de Juan Benet como literaria (al contrario, cada vez me parece más real), yo, por mi parte, sigo mirando el agua como hice siempre, como un espejo en el que se refleja el mundo y con él todas nuestras pasiones. Aunque, cuando me acuesto, lo haga como aquellos primeros colonos de La Nava, la laguna desecada en la Tierra de Campos palentina a la que trasladaron a muchos de los vecinos de Vegamián y de otros pueblos españoles destruídos como él por el progreso, que, cuando llovía mucho, dormían con una mano fuera de la cama por si la laguna volvía a brotar y había que salir corriendo .
APIA visita "Inteligencia líquida", una muestra colectiva sobre la crítica situación de la vida en el océano
El Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y la Fundación TBA21 nos presentaron Inteligencia líquida, una muestra colectiva sobre la crítica situación de la vida en el océano que pone en valor más de una década de dedicación de la Fundación al desarrollo de proyectos interdisciplinares de investigación en el ámbito de la ecología, en los que las prácticas artísticas tienen un papel fundamental.
María Montero, una de las comisarias de la exposición, nos acompaño durante todo el recorrido y respondió a todas nuestras numerosas preguntas. Así nos contó que la exposición reúne obras de ocho artistas internacionales, algunas pertenecientes a la Colección TBA21 (Lucas Arruda, Jumana Manna y Ana Mendieta), dos nuevas producciones de la Fundación (Beatriz Santiago Muñoz y Sonia Levy) y tres instalaciones creadas expresamente para la ocasión (Saelia Aparicio, Inês Zenha y Anne Duk Hee Jordan).
Sabíamos que el motor fundamental de la actividad de TBA21 es la creencia en el arte y la cultura como vehículos de transformación social y medioambiental. La Fundación, en esta visita formativa, se ha esforzado por visibilizar la necesidad de preservar los océanos como una responsabilidad pública colectiva y compartida y por crear, a través de proyectos artísticos y científicos, un conocimiento y una empatía que lleven a la acción para su regeneración y su cuidado.
Con las explicaciones de Montero y la información documental que nos han proporcionado hemos asimilado que cada visitante, al finalizar la visita, comprenderá que la salud de los océanos es indispensable para el bienestar del planeta. Su explotación indiscriminada, la polución acústica y química y sus crisis presentes y las que se dibujan en el horizonte tienen implicaciones inimaginables en su deterioro y en el futuro de la especie humana.
Entender el océano como inteligencia líquida implica abrir la imaginación y la capacidad de admiración por la complejidad de sus ecosistemas y considerarlo como una entidad que no solo transporta y posibilita el oxígeno y la vida, sino que tiene su propia inteligencia (aunque diferente de la nuestra y muy bien reflejada en la exposición) y derecho a tener representación.
Durante nuestra visita nos hemos sumergido en el agua del océano, la costa, la humedad del Ámazonas y nos ha servido de preámbulo para nuestro XV Congreso Nacional de Periodismo Ambiental #CongresoAPIA que desarrollaremos el 21 y 22 de noviembre en Madrid bajo el lema “El Agua Cuenta”.
La exposición y el programa de actividades que conforman Inteligencia líquida despliegan diversos lenguajes artísticos que crean experiencias inmersivas sobre el océano y los ecosistemas acuáticos. El proyecto anima a los visitantes a imaginar un lugar en que el poder no recaiga exclusivamente en manos de la inteligencia humana o de la inteligencia artificial -que no deja de ser una proyección de la humana-, un lugar en el que los sentidos operen de forma diferente y desde donde percibir sin jerarquías las múltiples formas de vida existentes, para que esa imaginación los empuje a construir un mundo “más que humano” en el que sean capaces de convivir con ellas en lugar de destruirlas.
Muchas gracias a las comisarias de las exposición, Chus Martínez, Soledad Gutiérrez y María Montero Sierra.
La exposición estará hasta el 28 de enero de 2024. No te la pierdas.
Más información. https://www.museothyssen.org/
NOTA DE PRENSA XV CONGRESO APIA
EL RETO DE LA COMUNICACIÓN SOBRE EL AGUA,
EJE DEL PRÓXIMO CONGRESO NACIONAL DE PERIODISMO AMBIENTAL
- La Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) celebra su XV Congreso en un evento que reunirá a informadores ambientales, en Madrid, los días 21 y 22 de noviembre
- Esta XV edición será inaugurada por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y contará con una conferencia de apertura del escritor Julio Llamazares
- Los retos y los conflictos de la información en torno al agua centrarán dos días de debates y presentación de proyectos, en los que la inteligencia artificial también tendrá su hueco
Madrid, 8 de noviembre de 2023.-
Los próximos 21 y 22 de noviembre tendrá lugar el Madrid el congreso bianual de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA), que este año, en el que España ha vivido una sequía como no se recordaba, tiene por lema “El agua cuenta”, con el objetivo de analizar en profundidad los desafíos y los conflictos que se generan en torno a este recurso imprescindible para la vida y cómo esta situación se enfoca en los medios de comunicación, la vía por la que se trasladan a la sociedad.
El congreso, que tendrá lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, será inaugurado oficialmente por el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, y el presidente de la FAPE, Miguel Ángel Noceda, un acto tras el cual el escritor leonés Julio Llamazares, que ha dedicado buena parte de su obra y numerosos artículos a asuntos relacionados con el agua, ofrecerá la conferencia de apertura titulada “Benet y yo: distintas formas de mirar el agua”. El día 22, la conferencia de clausura correrá a cargo del periodista y divulgador Joaquín Araújo, miembro fundador de APIA en 1994.
El programa, que ya puede consultarse en la página web de APIA (XV Congreso Nacional de Periodismo Ambiental. El agua cuenta. – APIA (apiaweb.org)), aborda las principales problemáticas relacionadas con el acceso al agua, con un enfoque centrado en España, uno de los países del mundo más expuestos a su escasez en los próximos años, según los estudios científicos, debido al cambio climático y la sobreexplotación del recurso.
Durante la primera jornada, en una mesa redonda titulada “Usos del litoral español: energía, pesca y turismo”, expertos de estos tres ámbitos como son Elba Bueno (Federación Canaria de Empresas Portuarias), Tomás Romagosa (Foro Eólico Marino) o Lourdes Timotea (Dirección General de Marina Mercante) compartirán con periodistas sus puntos de vista. A continuación, se tratarán los “Conflictos del agua en el mundo urbano y rural” en un encuentro en el que se pretende reflexionar sobre la forma en la que se gestiona la información sobre este recurso. Con tal fin, participarán los periodistas Miguel Ángel Ruiz (de La Verdad, de Murcia); José María Montero (director de los programas Espacio Protegido y Tierra y Mar en Canal Sur); la politóloga Cristina Monge; y la presidenta de la Asociación de Periodistas Agroalimentarios, Elisa Plumed.
Por la tarde, será el momento de analizar cómo el periodismo ambiental que ejercen los profesionales más jóvenes está enfrentándose a este reto informativo, en una mesa titulada “Mismos retos, nuevos enfoques”, en la que estarán presentes Maribel Ángel Moreno, de Maldito Clima, y Valentina Raffio, de El Periódico.
Taller de IA
La jornada acabará con un taller práctico sobre inteligencia artificial dedicado al periodismo ambiental por parte de Pablo Escobedo, de Prodigioso Volcán, una empresa especializada en apoyar a medios de comunicación en su proceso de transformación digital con fórmulas innovadoras.
El segundo día, 22 de noviembre, la mañana comenzará con una conferencia de María del Carmen Aguilar-Luzón, presidenta de la Asociación de Psicología Ambiental, que lleva por título: “Generando conciencia ambiental en los jóvenes: cómo las emociones pueden ayudar a transmitir un mensaje de cambio”.
A continuación, la primera mesa versará sobre “El agua y los alimentos” en un país que sigue siendo agrícola. Se contará con la presencia de Ana Tudela (Datadista), María Ramos (fundadora de Fundación Alimentta e investigadora CICITEX), Margarita García Vila (Instituto de Agricultura Sostenible del CSIC) y Pedro Gomáriz, agricultor y responsable de agua en la COAG.
En un país, que es una península, tampoco no podía faltar la siguiente mesa: “Océano: cómo innovar para implicar a la sociedad”, en la que participarán Natividad Sánchez (Oceana Europa), Remi Parmentier (director de Varda Group y experto en gobernanza del océano), Antonio Márquez (Oceánidas) y Rita Mínguez (presidenta de la Asociación Nacional de Mujeres en la Pesca).
El congreso finalizará con la conferencia “La honestidad del Aagua”, de Joaquín Araújo, y la entrega de los Premios Via Apia y Via Crucis, con los que cada año la asociación profesional destaca a los responsables de una buena y una mala práctica en comunicación sobre medio ambiente.
La clausura correrá a cargo de la presidenta de Red Eléctrica, Beatriz Corredor, y la presidenta de APIA, María García de la Fuente.
Estas sesiones estarán jalonadas por la presentación de diferentes iniciativas y proyectos en torno a la gestión del agua y otros problemas ambientales que se están poniendo en marcha, como es la recogida de plásticos en el océano, el uso de hormigón ecológico para un cable submarino, la presentación de una guía de fuentes informativas relacionadas con el agua, la descarbonización de la banca ética, la recogida de fármacos para que no acaben en los mares o soluciones en Euskadi basadas en la naturaleza, entre otros.
Las actividades del Congreso podrán seguirse presencialmente (previa inscripción gratuita de los socios e interesados) o por ‘streaming’ previo registro gratuito en la web.
“El agua es el bien esencial para la vida y los periodistas ambientales tenemos la responsabilidad de informar con rigor y contrastando fuentes, especialmente en un momento en el que la sequía y las lluvias torrenciales se suceden como consecuencia del cambio climático. En el Congreso tendremos la oportunidad de conocer esas fuentes informativas y analizar cómo estamos comunicando este tema vital”, señala María García de la Fuente, presidenta de APIA.
La elección del lema del Congreso `El agua cuenta”, responde, según la coordinadora del Congreso, Rosa M. Tristán, a la necesidad de los periodistas y demás comunicadores de reflexionar sobre los mensajes medioambientales, a veces contradictorios que se están difundiendo en torno a un recurso básico para la vida como es éste: “Tenemos delante el reto de informar sobre un asunto que se ha convertido en un tema de disputa política y que va a ser prioritario en un país donde las lluvias van a escasear cada vez más, así que consideramos en APIA que era el momento de abordarlo para compartir experiencias y reflexiones que ayuden a comunicarlo a la sociedad de la mejor forma posible”, señala.
Para más información e inscripciones: https://www.eventbrite.es/e/753712393057?aff=oddtdtcreator
SOBRE APIA
La Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) se creó a finales de 1994 y reúne a más de 200 profesionales del periodismo de toda España vinculados a la información ambiental. Su objetivo es velar por la independencia y objetividad de los contenidos informativos y divulgar con rigor la información medioambiental. Además, entre sus funciones está la de defender la libertad en el ejercicio profesional de sus asociados y facilitar el diálogo y acceso a las fuentes informativas.
También organiza actividades destinadas a promover el debate medioambiental y favorecer el encuentro con personas y organismos nacionales e internacionales que trabajan en esta área.
Premios Via APIA y Via Crucis 2023
Un año más llegan los galardones del año, los que nosotros cariñosamente denominamos como los premios APIA. En esta ocasión se han presentado más de 12 candidaturas, siempre teniendo como base la transparencia informativa y que han sido votadas por 78 socios, quedando de la siguiente manera:
Premio Via APIA 2023 a Teachers for Future Spain (Profes por el Futuro), por su creatividad, disponibilidad, empeño y trabajo en llevar a nuestras agendas periodísticas la importancia informativa de la educación Eco-social.
Premio Via Crucis 2023 al Presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, por sus múltiples triquiñuelas informativas, mentiras, manipulaciones, intereses no confesables y cabezonerías para legalizar los pozos ilegales que están secando Doñana, y por su ‘greenwashing’ institucional, ocultando su estrategia al anunciar la ampliación del parque nacional.
El próximo 22 de noviembre, después de finalizar nuestro Congreso, los premios serán entregados en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
CompromisoRSE nos entrega un reconocimiento como Sustainability Actions 2023 por la “Guía de entrevistas sobre Cambio Climático”
Nuestra “Guía de entrevistas sobre Cambio Climático” no deja de darnos buenas sorpresas. Así, el pasado 25 de octubre, en el Museo Reina Sofía de Madrid en el Sustainability Day 23, tercera edición de una jornada impulsada por el grupo de comunicación Custommedia, editor de CompromisoRSE y Equipos&Talento, nos reconocieron este trabajo como una de las mejores Sustainability Actions 2023, por lo que estamos muy agradecidos. Nos han reconocido como una de las acciones más inspiradoras en materia de sostenibilidad. Un galardón que ensalza y pone en valor el impacto ambiental y social de diferentes acciones e iniciativas llevadas a cabo por todo tipo de stakeholders (empresas, startups, fundaciones, organizaciones no gubernamentales, administraciones públicas, instituciones académicas y educativas…).
Recordaremos que la Guía contó con el apoyo de The European Climate Foundation (ECF). Buscábamos que se convirtiese en una herramienta práctica destinada a los periodistas de medios de proximidad, con el objetivo de proporcionar claves a los profesionales con los que incrementar la presencia de los temas ambientales en general y del cambio climático en particular en sus medios de comunicación.
La Guía está estructurada en 13 bloques, 11 ejes temáticos, con una introducción y un glosario para destacar aquellos términos que en ocasiones no se suelen utilizar cuando abordamos el periodismo medioambiental. Contiene un total de 1.800 elementos de navegación, que suponen 7.200 interactividades sumando las cuatro guías.
En su redacción trabajaron Ana Carlos, Oscar Menéndez, Abel Campos, Gemma Teso del Observatorio de la Comunicación del Cambio Climático, Alex Fernández Muerza, Judit Alonso, Cristóbal Ramiréz y Carlos Tejero.
Agradecemos a los compañeros Rosa Llobregat, Piluca Nuñez y Yolanda Rodríguez que compartiesen esta celebración con nosotros y acompañasen a María García y Luís Guijarro a recoger el premio.
Puedes descargar la Guía aquí: https://www.apiaweb.org/guia-de-cambio-climatico/
Visita formativa para conocer la fábrica de elementos combustibles de ENUSA en Juzbado, Salamanca
El pasado 19 de octubre, dentro de las visitas formativas que realizamos desde la Asociación, estuvimos en la fábrica de elementos combustibles de Juzbado, en la provincia de Salamanca, gracias a la colaboración e interés por informar del Foro Nuclear y Enusa.
Para conocer a nuestro anfitrión diremos que ENUSA es una empresa pública participada en un 60% por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dependiente del Ministerio de Hacienda, y en el 40% restante por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), que a su vez pertenece al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades.
Una vez cumplimos todos los protocolos de seguridad para el acceso a la fábrica Ignacio Araluce, presidente del Foro de la Industria Nuclear, nos da la bienvenida formal e iniciamos el taller teórico en el que Pablo Vega, director técnico de la planta salmantina, nos explicó que desde esta fabrica se realiza el suministro de uranio enriquecido a las empresas eléctricas propietarias de las centrales nucleares españolas. Se gestiona la compra de uranio, los servicios de conversión y de enriquecimiento y la logística de los movimientos de uranio desde su lugar de origen hasta la entrega del uranio enriquecido a las fábricas de combustible. Y añadió que esta instalación se ha convertido en estratégica para suministro de combustible a las centrales nucleares europeas, en particular para las que han roto sus contratos de suministro con Rusia a raíz de la guerra con Ucrania.
La empresa se ocupa del diseño mecánico, termomecánico, nuclear y termohidraúlicos del combustible nuclear. También realiza el diseño del núcleo y los análisis de seguridad de la recarga. En Juzbado, desde su puesta en marcha en 1985 se encargan de la fabricación y el suministro de elementos combustibles para reactores de centrales nucleares de agua a presión (PWR) y de agua en ebullición (BWR).
En la actualidad, la capacidad licenciada permite la fabricación de unas 500 toneladas de uranio al año con un enriquecimiento inferior al 5% de uranio 235 (U-235), con las que se cubren, además de las mencionadas necesidades del parque nuclear español, pedidos para clientes con centrales en Francia, Bélgica, Suiza, Suecia o Finlandia y como avanzamos, desde el inicio de la guerra de Ucrania, a todos aquellos que rompieron con Rusia. Su versatilidad les ha llevado a fabricar prácticamente cualquier tipo de combustible para reactores de agua. Así, desde su puesta en marcha, se han fabricado más de 9.000 toneladas de combustible.
Su corroborada experiencia les ha llevado a firmar un acuerdo de colaboración con Westinghouse Electric Sweden AB para la fabricación de combustible VVER-440, utilizado en reactores de tecnología rusa. Actualmente es el único proveedor de combustible VVER-440 junto con la fábrica de Westinghouse de Västeras, en Suecia.
Fabricación. Proceso cerámico y mecánico.
Entrando en las entrañas de la fábrica vemos, como hemos dicho, cómo se fabrica el combustible nuclear, cómo se aplica la tecnología más innovadora y los últimos avances del mercado. Nos explican que Estos combustibles son de tres tipos:
- PWR: Reactores de agua a presión, bajo licencia de Westinghouse
- BWR: Reactores de agua en ebullición, General Electric
- VVER: Reactores de agua a presión, en colaboración con Westinghouse
Pero antes llega la hora de mimetizarse, de transformarse, de vestirnos para protegernos, la seguridad ante todo. Vamos a acceder al interior de la fábrica para conocer qué se hace en esta instalación. Nos explican que el proceso de fabricación del combustible se divide en dos partes. El proceso cerámico y el proceso mecánico. Vamos a conocerlos.
Durante toda la visita vamos acompañados por Ángel García, responsable de calidad y medio ambiente de Enusa y Rosalía Ruiz Alonso, responsable de calidad de producto, que demostraron buen hacer en sus explicaciones y paciencia para nuestras numerosas preguntas.
Nos explican que dentro del proceso cerámico la primera operación es la recepción de bidones con el polvo de óxido uranio que llega de Estados Unidos. El siguiente paso es el mezclado, etapa que consiste en la creación de una mezcla uniforme del polvo de óxido de uranio virgen (UO2), y del material limpio reciclado (U3O8) y habitualmente un formador de poros.
A esta le sigue la etapa de preprensado y granulado que consiste en prensar el polvo para formar una pastilla con una densidad mayor que una vez tamizada genera un polvo granulado que tiene buenas características de fluidez. El polvo granulado es previamente mezclado con un polvo lubricante en un homogeneizador adecuado, para favorecer la formación de la pastilla en el prensado y garantizar la vida de la prensa.
Las pastillas prensadas pasan a un proceso de sintetizado, es decir, obtener pastillas con la apropiada densidad e integridad para uso en un reactor nuclear. Se sintetizan las pastillas a altas temperaturas dando lugar a una mayor solidez y dureza a su estructura.
El siguiente paso es el rectificado. El combustible nuclear para un reactor está diseñado con un diámetro de pastilla y vaina específico. Este diámetro de la pastilla permite una separación determinada entre la pared interior de la vaina y la pastilla de acuerdo a plano.
Finalmente las pastillas son medidas con métodos láser y examinadas superficialmente con sistemas robotizados de inspección por visión artificial mediante cámaras de alta definición. De esta forma, las pastillas que no cumplen los niveles de calidad marcados son identificadas y eliminadas. Las pastillas eliminadas en cualquier etapa y especialmente en la de inspección son oxidadas y recuperadas como óxido de uranio reciclado que es introducido de nuevo en el mezclado, aquí no se desperdicia nada.
Proceso mecánico
En esta segunda fase observamos cómo primero se hace la fabricación de tapones. Para ello se recepcionan las barras de zircaloy, aleación de circonio con trazas de estaño, hierro, cromo y níquel, a partir de las cuales se fabrican los tapones que, una vez inspeccionados, se emplean para cerrar las barras de combustible.
Para el proceso de fabricación de barras de combustible se parte de tubos a los que previamente se ha soldado por un extremo el tapón inferior y se procede a introducir las patillas en dichos tubos. Una vez cargados, a los tubos se les coloca en su interior un muelle, el segundo tapón y, después de presurizarlos con un gas inerte, se suelda el segundo tapón, quedando la barra terminada. A continuación se somete a una serie de controles de calidad (ultrasonidos, radiografía, fugas de He, corrientes inducidas y escáneres) para verificar que cumple con todos los requisitos de especificación.
El siguiente paso es la fabricación del esqueleto, una estructura formada por barras, cabezales y rejillas, que, tras ser inspeccionada, servirá de soporte para ir insertando después las barras combustibles y proceder al montaje final que, debido a su diferente constitución, se establece una diferencia entre los elementos combustibles de tipo PWR y BWR.
De manera general, esta última operación del proceso consiste en la inserción de las barras de combustible en el esqueleto soporte, colocando finalmente cabezales y estructuras de soporte. De nuevo los elementos combustibles son sometidos a diversas inspecciones, antes de ser embalados en contenedores homologados para su transporte. Algunos diseños tienen una etapa de lavado previo a su embalaje.
Seguridad ambiental
Nos ha quedado muy claro que en estos momentos, Juzbado se ha convertido en el único proveedor de combustible VVER-440 junto con la fábrica de Westinghouse de Västeras, en Suecia. Que ENUSA está buscando posibles clientes potenciales en países como Polonia, Arabia Saudí e incluso Japón y que para mantener su nivel de producción, ha invertido en actualizaciones de seguridad, mejoras en eficiencia energética, sostenibilidad y la reducción de su huella ecológica. También se han realizado mejoras ambientales en el entorno de la planta.
El compromiso de ENUSA con la seguridad y la gestión ambiental es un elemento clave para la empresa. La planta cuenta con certificaciones de calidad y se ha implementado un plan de eficiencia energética para reducir la huella de carbono. Además, se han introducido medidas de devolución y reutilización de bandejas de separación de combustible para reducir los residuos plásticos.
En la inversión de sus acciones ambientales destacan los trabajos forestales, la instalación de cajas nido para aves y las mejoras en procesos de descontaminación de residuos. En cuanto al agua se refiere tienen potabilizadora (captan el agua directamente del río) y depuradora, para devolverla en perfecto estado. También cuenta con una brigada de bomberos forestales formada por ovejas, lo que contribuye a mantener el entorno limpio y seguro.
Finalizamos la visita. Antes de salir de la fábrica tenemos que seguir todos los protocolos de seguridad. Somos periodistas y seguimos preguntando y nos siguen respondiendo a todo. Ha llegado el momento de dar las gracias a Ignacio Araluce, presidente del Foro de la Industria Nuclear, Mariano Moreno, presidente del ENUSA, Ignacio Etxeguren, Jefe de Comunicación del Grupo y, por supuesto, Laura Escribano Directora de Comunicación del Foro Nuclear.
ECOLEC y APIA firman un convenio de colaboración para impulsar la comunicación ambiental en el XV Congreso Nacional de Periodismo Ambiental
Luís Moreno Jordana, Director General de la Fundación ECOLEC, y María García, Presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) han firmado un acuerdo de colaboración para apoyar la XV edición del Congreso Nacional de Periodismo Ambiental que se celebrará en el Círculo de Bellas Artes de Madrid los días 21 y 22 de noviembre, y que versará sobre diferentes temáticas relacionadas con los recursos hídricos.
El XV Congreso, organizado por APIA, se celebrará el 21 y 22 de noviembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Bajo el lema ‘El agua cuenta’, el congreso versará sobre diferentes temáticas relacionadas con los recursos hídricos, desde el desarrollo costero y marítimo, los conflictos del agua, el modelo agroalimentario y los océanos, entre otros.
La Fundación Ecolec es una entidad sin ánimo de lucro creada por las asociaciones empresariales que representan al sector de fabricantes e importadores de grandes y pequeños electrodomésticos. Nació un año antes de la promulgación del Real Decreto 208/2005 sobre aparatos eléctricos y electrónicos y la gestión de sus residuos, y su misión es gestionarlos eficientemente desde un punto de vista medioambiental, económico y social, cumpliendo la normativa legal.
Como sus objetivos son contribuir al mantenimiento y mejora de los recursos naturales y energéticos a través de la recogida, tratamiento, valorización y eliminación de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), pilas y acumuladores, y, por supuesto, participar activamente en la labor de concienciación medioambiental a los ciudadanos, promover el Desarrollo Sostenible y ser un elemento clave de la Economía Circular; con este convenio de colaboración , como dice Jordana, "cumplimos con el compromiso de difundir la cultura de Desarrollo Sostenible en el ámbito de los AEE”.
La Escuela de Comunicación Ambiental 2023 consiguió animar a las personas jóvenes a liderar el reto ambiental “para marcar la diferencia”
Ya van cinco. En efecto, este mes de septiembre se celebró la quinta edición de la Escuela de Comunicación Ambiental, en el Palacio Miramar de San Sebastián, en esta ocasión con la vista puesta en la comunicación de los temas ambientales con y para las personas jóvenes y con una respuesta masiva de personas inscritas, más de ochenta entre presencial y online.
Organizada por la Asociación de Periodistas de Información Ambiental-APIA y la Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco, Ihobe, la escuela se desarrolló los días 7 y 8 de septiembre, en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y en el Donostia Sustainability Forum. Bajo el título “Cómo comunicar los temas ambientales con y para las personas jóvenes”. La quinta edición trató, con un enfoque eminente práctico y de intercambio, casos de buenas prácticas que pueden inspirar tanto a profesionales de la comunicación como a otros agentes interesados en hacer llegar a la juventud la información ambiental. El objetivo es que las personas participantes hayan adquirido conocimientos útiles para comunicar de manera efectiva los temas ambientales a los jóvenes, para que éstos puedan comprender su importancia y adoptar medidas para proteger el medio ambiente.
De izquierda a derecha Alexander Boto Bastegieta, director general de IGOBE; Yolanda D. Rodríguez Couso, directora del Curso; Aitor Aldasoro, viceconsejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Gobierno Vasco; María García de la Fuente, presidenta de APIA e Itziar Alkorta, directora de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco-UPV/EHU.
Durante la apertura institucional, Aitor Aldasoro, viceconsejero de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Gobierno Vasco, destacó la importancia de este espacio para ofrecer a la juventud “conocimientos en materia de comunicación de sostenibilidad y cambio climático”. Además, ha querido ensalzar el papel de las personas jóvenes a la hora de afrontar el reto medioambiental. “Es importante y a la vez esperanzador lo que están haciendo los y las jóvenes para concienciar a la sociedad sobre la protección del medio ambiente, y especialmente sobre el cambio climático, consumir de otras formas y vivir de forma más sostenible”, ha afirmado. En este sentido, el viceconsejero ha animado a las personas jóvenes “a ser agentes de cambio y liderar el camino hacia un futuro más sostenible”. También insistió en que “deben aprender de lo que se hace, ver las consecuencias y sobre todo, ver dónde mejorar”.
Itziar Alkorta, directora de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco-UPV/EHU, dijo que este año “hemos puesto el foco en la gente joven y ver cómo cala el mensaje entre ellos, porque es clave para que toda la sociedad, en su conjunto, interiorice el reto del Cambio Climático”. Además se congratuló porque la Escuela de Sostenibilidad de Ihobe y APIA cumplen con estos objetivos.
Por su parte la presidenta de APIA, María García de la Fuente, durante su intervención, recordó que la “Escuela nació con vocación de continuidad y aquí seguimos cinco años después”. Es cierto que los temas se repiten años tras año “pero la forma de comunicarlos no”. Haciendo examen de conciencia reconoció que “no estamos comunicando con el lenguaje que los jóvenes necesitan y por eso debemos aprender a adaptar los lenguajes para este público tan importante”. La presidenta de APIA dijo que “los jóvenes sí quieren informarse, pero desde otras plataformas. Por eso los periodistas especializados debemos contarles las cosas de otra forma”.
Charlas inspiradoras
Sin duda los profesionales jóvenes de la comunicación ambiental han protagonizado un motivador programa. Así, Javier Clemente, responsable de Todos Somos Reciclaje, eligió como tema de su ponencia ‘Cómo comunicar sobre medioambiente en redes sin caer en el intento’. Sin duda fue una charla “motivadora” para que todo el mundo se sintiese identificado. Dijo en una historia muy personal que con sacrificio, esfuerzo y disciplina todo se puede conseguir sin olvidar poner conocimiento, experiencia y pasión. Recordó que es muy importante “contrastar la información que se van a publicar”. Con respecto a los haters explicó que lo mejor es “quedarte con los que aportan algo”. Concluyó diciendo que nunca olvidar que “debemos ser auténticos, naturales, hablar con claridad y sintetizar la información”.
Durante la mañana del primer día, la moderadora Cristina Monge, politóloga, analista e investigadora en Gobernanza para la Transición Ecológica, dijo que desde su opinión se están cometiendo tres grandes errores cuando informamos sobre medio ambiente. Uno es de Espacio, “el medio ambiente está fuera del ser humano pero nos afecta porque formamos parte de la biosfera que nos estamos cargando”. Tiempo, porque “esto ya no es un problema de futuro, es de presente, y muy presente” y Marco, “hemos caído en el error de plantear la crisis climática desde el sacrifico y no debemos culpar al individuo. Hay que cambiar el sacrificio por la exigencia”. Debemos buscar la sostenibilidad y comunicarlo para vivir mejor. Con presión “para que los políticos tomen decisiones y los públicos conozcan lo que se está haciendo”.
Monge moderó una mesa redonda integrada por Laura Peinado, creadora de contenido sobre sostenibilidad quien señaló que debemos hablar de sostenibilidad de manera positiva. Insistió en que lamentablemente no todo el mundo entiende los informes sobre transición ecológica y que por eso “necesitamos personas que lo filtren y lo sinteticen”. Olatz Ortega, de la iniciativa ecofeminista Ola Sin Plástico, nos recordó que “no hay asignaturas para remediar lo que estamos haciendo mal” y el divulgador ambiental Diego Ferraz-Castiñeiras, Ecodiuku, dijo que “se debe provocar para generar debate”. Curiosamente afirmó que empezó a trabajar estos temas para aprender y actualmente ya está enseñando. Considera que hoy no se comunican los resultados científicos con lo importantes que son para estar bien informados. Esta mesa la cerró Cristina Monge diciendo que debemos “cerrar la brecha de cómo llega el conocimiento a la sociedad”.
Fue triste, porque no estuvieron de forma presencial, pero estuvieron con nosotros online en directo. Belén Hinojar y Carmen Huidobro, creativa y ambientóloga respectivamente, son las responsables de Climabar, un proyecto de divulgación de sostenibilidad y ecología con amplia presencia en redes sociales. Dando “la Turra” cómo ellas hacen, dijeron que hay un pasado oscuro y convulso y que la forma de comunicar ha cambiado. Sobre los temas que ellas hablan habitualmente dicen que, si todo fuese a mejor “nuestro objetivo final es la desaparición”, porque ya no habría problemas.
Protagonista, el mar
La programación de la primera jornada se completó por la tarde con un taller práctico y una experiencia. Las personas que asistieron de forma presencial pudieron acudir a Pasaia para embarcar en el barco MATER Ecomuseoa, y conocieron su manera de divulgar in situ la protección de los ecosistemas marinos. Capitaneados por Izaskun Suberbiola Garbizu, directora del Barco Museo Ecoactivo y su gran equipo vimos y tocamos los “otros plásticos”, los que van disminuyendo su tamaño hasta convertirse en microplástico y cómo, incluso en esa visita, pudimos coger varias muestras de tan dañino material.
Las personas que asistieron de manera telemática, contaron con un cine-forum de la mano de David Sánchez Carretero, director de CIMASUB, el Ciclo Internacional de Cine Submarino de Donostia-San Sebastián, y de Enrique Talledo, educador ambiental, además de documentalista, cámara y fotógrafo submarino, en el que se pudo comprobar que los fondos marinos encierran muchos problemas.
Dar con la tecla correcta
La jornada del viernes 8 de septiembre, comenzó con un resumen del día anterior por parte de Yolanda D. Rodríguez Couso, responsable de comunicación estratégica e internacional en Ihobe, y directora del curso. Para presentar la próxima ponencia dijo que todavía no conocemos cómo funciona el cerebro humano y por eso “no entendemos algo que nos está pasando aquí y ahora con el problema del cambio climático”. Por eso se lamentó cuando dijo que “todavía no hemos conseguido dar con la tecla que nos lleve a la acción en estos temas”.
A continuación dio paso a la ponencia de María del Carmen Aguilar-Luzón, presidenta de la Asociación de Psicología Ambiental-PSICAMB, ‘Generando conciencia climática en los jóvenes: como las emociones pueden ayudar a transmitir un mensaje de cambio’. La profesora de la Universidad de Granada dijo que nos enfrentamos a algo que cambiará “nuestra calidad de vida y el bienestar”. Explicó que la “influencia social produce cambios en las opiniones, las actitudes y las conductas de las personas y que el mensaje para producir concienciación es complicado”. “Necesitamos emocionar el cerebro para que aprenda”, comentó. Para ello debemos persuadir si queremos crear conciencia ambiental. Hay que emocionar a nuestros públicos y los cambios deben venir desde el conocimiento e informando con rigor.
También online, pudimos conocer cómo se creó el medio de comunicación más seguido en español en TikTok, AC2ALITY, a través de Daniela Álvarez, su fundadora. Explicó que su medio surgió como necesidad de no entender lo que decían los periódicos. Es fruto de la “frustración con los medios tradicionales”. Se vanaglorió al decir que hacen un periodismo vertical y, algo muy importante, que “no es cierto que los jóvenes no quieran informarse, quieren hacerlo pero utilizando un lenguaje adecuado”.
Finalizamos la mañana con dos talleres. El primero se centró en el podcasting, con María José Montesinos, directora del podcast ‘Por Naturaleza’ de RNE Aragón. Para María José es una “herramienta sin límites, sólo los que nosotros queramos poner. Con muchas ventajas y que además se difunde en Internet parra todo el mundo que esté interesado en nuestros temas”. Por su lado Maribel Ángel-Moreno, periodista de Maldita.es, nos hizo un maravilloso taller de Twitch y nos dio un gran consejo “Contra los bulos, la clave está en que hagamos pensar a la gente, que se lean las cosas dos veces”, es una herramienta que funciona.
Desde APIA queremos agradecer a todos y todas los asistentes al taller su predisposición y participación activa que nos han dado ánimos para seguir adelante. Un agradecimiento muy especial a Yolanda y Jon y a todo el equipo IHOBE por el buen trato que recibimos y por hacernos sentir como en casa. Gracias por confiar en la Asociación para la realización de este curso y vamos a por la edición de 2024.
SIGAUS y APIA firman un convenio de colaboración para impulsar la comunicación ambiental en el XV Congreso Nacional de Periodismo Ambiental
Eduardo de Lecea, Director General de SIGAUS y GENCI, y María García, Presidenta de la Asociación de Periodistas de Información Ambiental (APIA) han firmado un acuerdo de colaboración para apoyar la XV edición del Congreso Nacional de Periodismo Ambiental que se celebrará en el Círculo de Bellas Artes de Madrid los días 21 y 22 de noviembre, y que versará sobre diferentes temáticas relacionadas con los recursos hídricos.
El XV Congreso, organizado por APIA, se celebrará el 21 y 22 de noviembre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Bajo el lema ‘El agua cuenta’, el congreso versará sobre diferentes temáticas relacionadas con los recursos hídricos, desde el desarrollo costero y marítimo, los conflictos del agua, el modelo agroalimentario y los océanos, entre otros.
SIGAUS apoyará por quinta vez este encuentro, una de las principales citas de este sector que reúne cada dos años a los periodistas especializados, en medio ambiente, El Congreso contará con diferentes casos prácticos entre los que participarán SIGAUS y GENCI, poniendo de relieve la eficacia de los modelos de gestión de los aceites industriales usados y de los residuos de los envases comerciales e industriales para que el medio ambiente esté libre de estos residuos. Se trata de una tarea de especial importancia en las áreas próximas a recursos hídricos como ríos o embalses, zonas sensibles donde es especialmente importante la gestión de estos residuos.
Más información:
https://www.sigaus.es/firma-congreso-apia-2023
Visita de campo para conocer más sobre abejas, polinizadores y control de plagas
Se puede decir que el pasado 29 de junio, no finalizamos la visita formativa en Villalar de los Comuneros, Valladolid, siendo entomólogos, se necesitan muchos años de estudios y experiencia, pero sí, gracias a Grefa, nos acercamos de manera amena y participativa al mundo de las abejas silvestres y otros polinizadores; conocimos un poco más el estado de la biodiversidad en general y de los ecosistemas agrarios; comprobamos in situ las diferentes medidas para favorecer a los polinizadores y otras muchas especies. Además nos informaron sobre el control biológico en medios agrarios: las plagas del topillo campesino.
Los culpables de despertarnos este interés fueron, Félix Torres, profesor de Zoología en la Universidad de Salamanca y desde Grefa, Fernando Garcés, secretario general y Fernando Blanca, responsable del proyecto Grefa en Villalar de los Comuneros.
Nos gustan las visitas formativas en las que tenemos una introducción teórica y, posteriormente, una visita al campo, sobre el terreno, para ver lo que nos acaban de contar.
Gracias a Torres aprendimos que mucho más allá de la abeja de la miel hay unas 22.000 especies de abejas y que la gran mayoría, hasta el 85%, ni produce miel ni construye colmenas o nidos comunitarios. Son esencialmente solitarias, no sociales. Hay abejas desde los dos milímetros a los seis centímetros. Pueden construir sus nidos mediante secreciones glandulares de barro, resinas externas o pasta vegetal.
Las abejas no atacan, se defienden. Tampoco dejan el aguijón y se mueren, suele suceder con la abeja de la miel porque otras especies no tienen ni aguijón. Lo cierto es que cuando el insecto obrero pica pierde el aguijón y parte de su tejido corporal, lo cual provoca su muerte. Esta estructura que inocula veneno está recubierta por espinas que al picar a la amenaza se clavan como un anzuelo. Al no poder sacarlas, el aguijón se desprende de su cuerpo y como está comunicado con las glándulas de veneno y con el intestino, hacen que el interior de la abeja se salga junto con el aguijón, causando la muerte. Característica que no se cumple en la abeja reina, que pica sin perder su aguijón y, por tanto, sin desprenderse de parte de su organismo. La explicación está en que las abejas obreras, en realidad, han sido modificadas para no poner huevos. El órgano que debía ponerlos se ha convertido en un arma muy delicada que cuando entra en el cuerpo de un animal se desprende arrastrando partes vitales, con lo que la vida de la abeja llega a su fin.
Muy importante, pican porque, como sucede con la mayoría de los animales, son agresivos cuando se sienten en peligro, y las abejas no son la excepción. Ellas son animales sociales que tienen una compleja estructura dentro de sus colonias y, como tal, son sumamente protectoras y territoriales.
Cuando una abeja decide picar es para proteger su espacio, a sus crías, a su colonia o a ellas mismas. Una abeja no atacará sin motivo. Incluso las abejas que carecen de aguijón no están indefensas. Para protegerse pueden morder muy fuerte o liberar sustancias irritantes.
Las abejas cuentan con dos tipos de ojos, 3 a los que les llamamos simples u ocelos que se encuentran en la parte superior de la cabeza y 2 que son los que podemos ver a simple vista a los que llamamos compuestos. Gracias a los primeros son capaces de crear un “mapa fotográfico mental” y volar orientándose por una especie de aguja solar.
Charca de las Pozas
Hace unas décadas, el lugar que visitamos era un humedal en el que además de su importancia ecológica destacaba también su uso como lugar de ocio para los vecinos de Villalar. Por desgracia, las distintas pozas perdieron el nivel de agua y fueron cubiertas con escombros y residuos urbanos que convirtieron este lugar en una escombrera municipal. En el verano de 2021, dentro de las acciones iniciadas para la creación de esta parcela divulgativa, se realizaron trabajos de vaciado y retirada de escombros para la recuperación parcial y demostrativa de parte de este pequeño humedal.
El hecho de que una zona agrícola cuente con un pequeño humedal o una charca es una gran ventaja para ella, puesto que favorece una vegetación funcional que crea un microclima, además de otro recursos necesarios para la fauna beneficiosa y otras especies silvestres.
En “Las Pozas”, que es como se llama la parcela demostrativa de GREFA en Villalar de los Comuneros (Valladolid), las acciones que allí se realizan, están enfocadas al fomento de aquellas prácticas que hagan compatible la presencia de la biodiversidad silvestre con la actividad agrícola en el medio rural.
En este espacio se ha procedido a la instalación de un gran abanico de recursos (cajas nido, muros de piedras, charcas, siembras arbustivas en lindes, entre otros), así como a la parcelación en diferentes cultivos propios de Castilla y León (trigo, cebada, centeno, viñedos y frutales de variedades autóctonas).
Una parcela demostrativa, que pretende ser un lugar de encuentro con los agricultores, un espacio donde poderles mostrar que la biodiversidad no es incompatible con la producción agrícola, más bien todo lo contrario, ya que la fauna y flora silvestre contribuyen a restablecer los equilibrios ecológicos frente a plagas, erosión y otras presiones ambientales.
La plaga del topillo
Imagen: Grefa
Conocimos que para el control biológico de plagas de topillo se puso en marcha un proyecto que consiste en favorecer la presencia de depredadores capaces de consumir un gran número de topillos al año, de forma que disminuyan los daños agrícolas. Desde un punto de vista teórico, se busca reducir los máximos demográficos de las poblaciones de topillos por incremento de depredación, para minimizar o eliminar los daños agrarios y posiblemente también la probabilidad de dispersión de la tularemia.
Nos recordaron que los campos agrícolas de Castilla y León, en especial de Tierra de Campos, donde más virulenta fue la plaga de 2007, destacan sin duda por ser verdaderos mares agrícolas. A lo largo de miles de hectáreas se extienden los cultivos en un paisaje homogéneo, donde destaca la ausencia de árboles, arbustos y otros elementos verticales. Esta simplificación del paisaje, que expulsa del mismo a las aves rapaces, es una de las posibles causas que explican la aparición de estas plagas. La ausencia de depredadores, se mezcla con la proliferación de nuevos cultivos particularmente favorables para el topillo, como las alfalfas, o con el incremento de la superficie agraria donde se practica un escaso laboreo.
En efecto, en este tipo de ambientes, la ausencia de pies arbóreos supone un factor limitante para la reproducción de ciertas aves rapaces. De esta forma el proyecto se inició instalando nidales artificiales para cernícalos vulgares y lechuzas comunes, colocados sobre postes de 5 metros de altura en linderas o arroyos. Este sencillo montaje que vimos en Villalar de los Comuneros, junto con el de otros municipios, ha dado lugar a un incremento en las poblaciones de ambas especies, gracias a la disponibilidad de huecos para nidificar. También otras especies de rapaces, que usan con frecuencia la caza desde perchas, como el busardo ratonero o el milano real, han sido atraídas hacia estas zonas experimentales, aumentando así la presión depredatoria.
No hay que olvidar que una sola pareja de cernícalos vulgares consume una media de 700 topillos durante el periodo reproductor (abril-agosto)
Centro de interpretación
El 29 de noviembre de 2018 se inauguró en Villalar de los Comuneros el Centro de Interpretación sobre la naturaleza, la etnografía y la historia de este municipio y su comarca. El objetivo del Centro de Interpretación de Villalar es dar a conocer la naturaleza de las estepas castellanas y la cultura ligada al cultivo de los cereales. Además, sirve de punto de información sobre el proyecto de control biológico de la plaga del topillo campesino, desarrollado por GREFA y basado en el fomento de pequeñas aves rapaces depredadoras de roedores como el cernícalo vulgar, la lechuza común y el mochuelo europeo.
Este centro de Interpretación se encuentra ubicado en el Parque Municipal de esta localidad, ha sido construido exclusivamente con materiales reciclados y reutilizando infraestructuras en desuso. Consta de dos módulos equipados con recursos educativos y exposiciones permanentes, uno dedicado a la biodiversidad de las estepas cerealistas y otro a la plaga de topillo campesino.
El proyecto ha sido especialmente diseñado por el Equipo de Educación Ambiental de GREFA para que sea visitado por alumnos de Castilla y León, desde primaria a bachillerato. La larga experiencia de esta ONG en la gestión del centro de educación ambiental «Naturaleza Viva», en Majadahonda (Madrid), ha servido de inspiración para el nuevo proyecto de Villalar de los Comuneros.
El nuevo centro cuenta con una senda interpretativa de dos kilómetros de recorrido centrada en la naturaleza, la historia y la cultura del municipio.
Muchas gracias a Grefa por una visita tan práctica y formativa.