El invisible patrimonio del agua

En el Día Mundial del Agua, que este año lleva por lema: Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible, certificamos cómo el crecimiento de la ciudad de Madrid ha estado inexorablemente unido al suministro de agua. Lo comprobamos el pasado 17 de marzo en una visita formativa que tuvimos a dos de los depósitos que el Canal de Isabel II tiene en la ciudad, concretamente el 4, en Plaza de Castilla y el 2, en la calle de Santa Engracia.

Foto Javier Martín

Acompañados por un día lluvioso, conocimos como en 1858, las obras de ingeniería hidráulica, permitieron la llegada del agua del río Lozoya a la Capital. Madrid rondaba los 250.000 habitantes que debían ser abastecidos. Entre los años 1860 y 1900, tras la llegada del agua a la capital, se pusieron en marcha los principales proyectos de la red de abastecimiento urbano. Debido al incremento de la demanda de agua se proyectaron canales, centrales hidroeléctricas, centrales elevadoras y nuevos depósitos, así como la construcción de arterias de distribución dentro del casco urbano. Concretamente en 1881 entró en servicio el Segundo Depósito, que forma parte de nuestra visita.

Foto: Javier Martín

Como nos cuentan desde el Canal de Isabel II, durante todo el siglo XX entraron en servicio importantes instalaciones imprescindibles para llevar a cabo el suministro de agua y conseguir que el agua corriente llegase a todas las viviendas. Fue en la segunda mitad del pasado siglo cuando entró en servicio el canal del Jarama y, en 1965, se aprobaron los planes que dieron lugar al actual sistema de abastecimiento de la región. Durante los siguientes años, la constante inversión en nuevas infraestructuras y el mantenimiento de las existentes han permitido pasar de los 233 km de red de distribución de principios del siglo XX, para abastecer de agua a 600.000 habitantes, a contar, en las primeras décadas del XXI, con más de 17.700 km de red de distribución y grandes conducciones, más de 320 depósitos y más de 160 estaciones elevadoras, que dan servicio permanente a más de seis millones de personas en la región.

Sin duda el patrimonio histórico que tiene el Canal de Isabel II merece una visita. Es algo más que agua y piedra. Reúne un conjunto de construcciones hidráulicas que nos deja boquiabiertos. Todo ello en la ciudad, casi siempre debajo de nuestros pies, y funciona a la perfección, para que cuando abramos el grifo dispongamos de agua.

El depósito que se levanta entre la calle de Santa Engracia, está delimitado por las calles Ríos Rosas, Bravo Murillo y José Abascal. Entró en servicio en dos fases: el compartimento norte, en 1876, y el compartimento sur, en 1879. Como era el depósito con más capacidad de los dos que existían entonces, se le llamó Depósito Mayor, aunque hoy en día se le conozca mejor por estar rodeado de los edificios que albergan la sede central de la empresa y como el Segundo Depósito. Mide 208,3 m de largo por 138,8 m de ancho, unas 2,75 ha, dos vasos que funcionan alternativamente, con una altura de agua de 6,84 m, una capacidad de almacenamiento total de 188.412 m3 y un millar de pilares de granito con arcos de medio punto y bóvedas de cañón que desbordaron nuestras expectativas.

Depósitos elevados del Canal de Isabel II que se han convertido en referencia turística de la ciudad de Madrid

En esta visita aprendimos también que el crecimiento de la ciudad hizo necesaria la creación de un núcleo de infraestructuras que dieran apoyo al nuevo flujo de aguas traído por el canal Alto. Esta ampliación se localizaría en el entorno de Plaza Castilla, y hoy recibe el nombre del Cuarto Depósito. Más de 140.000 m3 en cuatro vasos, para dar agua a unas 300 mil personas.

Sin duda, después de lo que hemos visto en esta visita formativa, cada vez que abramos el grifo del agua, reflexionaremos y seremos conscientes de cómo llega el preciado liquido hasta nuestros hogares. Queremos agradecer a Diego Limones, Ángel Fernández del Pozo y Paula Matellanes, del Canal de Isabel II, el empeño que pusieron para responder a todas nuestras preguntas, que fueron muchas, para que entendiésemos cómo es la distribución del agua en la ciudad.