Víctor García: "Para ser sostenibles hay que tener modelos de producción a pequeña escala como los que se llevan a cabo en el mundo rural"

En el Congreso Nacional de Periodismo Ambiental `Comunicar Biodiversidad. La emergencia del siglo XXI´ que celebramos junto a nuestro XV Aniversario en noviembre muchos de nosotros coincidimos de nuevo con Víctor García y pudimos conocer con más detalles su día a día como guía de ecoturismo, artesano y, en mi modesta opinión, divulgador de `lo rural´, y organizador de cientos de miles de actividades muy interesantes que lleva a cabo con mucha pasión y disfrutando.

¿Qué obstáculos te encuentras a la hora de divulgar el mundo de `lo rural´?

El obstáculo más grande yo creo que es que los modos de vida de la sociedad actual se han hecho cada vez más urbanos y, por lo tanto, cada vez están más alejados del entorno donde residen los recursos naturales y los eventos rurales.

Luego lo difícil es hacer entender a la mayoría de la gente que tiene una realidad más urbana las necesidades o elementos de vida que tenemos en el mundo rural y lo que aportamos al mundo urbano y que a veces no se nos reconoce porque en cuanto a canales de comunicación en la actualidad con Internet no hay problema, no hay barreras.

¿Y cuál es el mensaje? ¿Qué aporta lo rural a lo urbano?

Pues el mensaje es que está claro que la sociedad avanza tecnológicamente y que su concentración en núcleos urbanos podríamos decir que es hasta necesaria pero que es muy curioso cómo se denuesta lo rural cuando en lo rural es donde reside la esencia de la vida, es decir, donde se producen los alimentos que comemos. Es, además, donde esos modos de producción son diversificados, no son monopolizados, son los que aportan realmente sostenibilidad. Porque para ser sostenibles hay que tener modelos de producción a pequeña escala como los que se llevan a cabo en el mundo rural.

¿Qué deberíamos cambiar desde tu punto de vista `los urbanitas´?

Ver manifestaciones en una gran ciudad como Madrid, por ejemplo, en contra del Cambio Climático, me parece estupenda porque eso quiere decir que hay una sensibilidad determinada hacia el entorno y el medio ambiente pero en su mensaje no hay una base fundamentada que diga cómo podemos cambiar esto en el sentido de que quizás los modos que tenemos de gestionar, de hacer política que hay en la actualidad para las zonas rurales deben de cambiar.

Está claro que el cemento y el asfalto no se comen. Para producir ciertos alimentos, bien sean vegetales o animales, eso ya elección libre de cada uno, se necesitan zonas rurales, y en esas zonas es donde reside la naturaleza que tanto nos hace falta hasta para el aire que respiramos.

¿Cómo podríamos los periodistas comunicar bien este punto de vista?

Lo primero y conocer la realidad de los sitios que queremos comunicar. Es decir, si queremos hablar de biodiversidad y conservación de la naturaleza de un lugar hay que visitarlo porque varía mucho de un sitio a otro incluso dentro de la misma región. Y luego hay que divulgarlo en un lenguaje que sea entendible para todo el mundo.

El problema es que si se comunica a través de una información que nos ha llegado o una persona que nos ha contado se le puede dar un mensaje positivo a la gente de fuera del lugar pero generar un mensaje negativo a la población que vive allí, que no sabe nada acerca de ese asunto, y al final se puede generar una controversia que no existe.


Yolanda Cortés: “El respeto y la empatía hacia todos los puntos de vista son fundamentales para comunicar todo lo relacionado con el mundo del lobo”

En el Congreso Nacional de Periodismo Ambiental Comunicar Biodiversidad. La emergencia del siglo XXI´ que celebramos el pasado mes de noviembre tuvimos el privilegio de contar con grandes profesionales que nos demostraron con ejemplos de éxito cómo la comunicación ambiental de especies `bandera´ como el lobo ibérico pueden evitar bulos y mitos informativos. Es el caso de Yolanda Cortés, una apasionada bióloga volcada en el proyecto Life Euro Large Carnivores de WWF España y absolutamente contagiadora de su amor por el lobo.

¿Cuál es ahora mismo la situación del lobo es España?

Hay una población grande en el noroeste de la Península, todo el cuadrante noroeste de España y de Portugal, que es la población principal de lobos. Puede haber unos 2.500 lobos y el estado de conservación es bueno. Lleva veinte años aumentando y se están desplazando hacia el sur y hacia el este aunque en los últimos diez años la expansión hacia el este se ha parado un poco.

Queda una población pequeña y aislada en Sierra Morena, quizás también en la parte de Ciudad Real, pero ha ido en disminución y ahora está prácticamente al borde de la extinción, no ha habido reproducción confirmada desde hace varios años. También hay tres o cuatro ejemplares en el Pirineo catalán, pero no son ibéricos, han llegado de Italia y Francia.

Desde el punto de vista de la comunicación ¿qué problema os encontráis a la hora de defender la biodiversidad dentro del hábitat del lobo y su reproducción?

Lo que marca todos los conflictos en torno a la especie es que que despierta sentimientos muy contradictorios. Es decir, en función de a quién te estés dirigiendo, es como si estuvieras hablando de dos animales completamente diferentes.

Para unos, como es el sector de la ganadería extensiva, que está al límite de la rentabilidad, es como una bestia, es la peor de las plagas que puede existir, porque realmente afecta a su modo de vida. Pero luego hay otro sector de la sociedad, que suele ser un sector más urbano, que no tiene en el campo o en el ganado su medio de vida, para el que el lobo es un símbolo de lo salvaje, etc.

A la hora de comunicar lo difícil es encontrar el término medio.

¿Qué otras claves son las principales a la hora de comunicar esta especie?

Lo importante para comunicar todo lo relacionado con el mundo del lobo es el respeto y la empatía hacia todos los puntos de vista. Hay que considerar todas estas sensibilidades que hemos comentado antes y tenerlas muy en cuenta. No se puede comunicar desde el extremismo.

¿Qué recomiendas entonces a los periodistas ambientales?

Hay que evitar los alarmismos y las exageraciones. También es muy importante basar los mensajes en el conocimiento científico existente.


Santos Casado: “En la divulgación ambiental no hay que insistir excesivamente en lo negativo”

En el reciente Congreso Nacional de Periodismo Ambiental `Comunicar Biodiversidad. La emergencia del siglo XXI´ tuvimos el privilegio de contar con la intervención en una de las tertulias que organizó APIA de Santos Casado de Otaola. Biólogo y profesor asociado del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid, también trabaja en la Fundación Fernando González Bernáldez. Es autor de diversas publicaciones sobre la historia de las ciencias naturales, de la conservación de la naturaleza y de los movimientos ambientales en España: `Los primeros pasos de la ecología en España´ (Madrid, 1997, segunda edición, 2000); `La escritura de la naturaleza´ (Madrid, 2000); `La ciencia en el campo´ (Madrid, 2001) o `Naturaleza patria´ (Madrid, 2010).

¿Cuáles crees que son las principales herramientas de divulgación ambiental ahora mismo?

Lo bueno de la divulgación es que es un campo muy abierto y, por tanto, los canales de comunicación son también múltiples. Yo sobre todo he cultivado la palabra, a través de la conferencia o del artículo escrito, pero también hay otras muy atractivas y útiles. Por ejemplo, los medios audiovisuales y digitales. En todo caso, es muy importante cuidar el lenguaje, la selección de las palabras, la redacción y la elección de los mensajes.

La elección de la palabra biodiversidad para este Congreso ha sido un exitazo y creo que da la razón a este argumento. Se trata de un término que capta una idea muy poderosa, que al mismo tiempo es compleja y simple, y que se puede trasladar a públicos de todos los niveles.

¿Desde tu experiencia cuál es el criterio que hay que usar a la hora de elegir las palabras y el mensaje para que lleven a la acción?

Eso sería encontrar la piedra filosofal, porque a veces se trasladan mensajes que deberían llevar a la acción pero que consiguen el efecto totalmente contrario al que se busca e incluso que llegan a ser contraproducentes y causan, por ejemplo, una sensación de miedo o angustia que pueden llevar a hacer que las personas sientan la necesidad de retirarse o de inhibirse. A veces ocurre lo mismo con la saturación, que inmuniza de algún modo a los destinatarios. No hay que insistir excesivamente en lo negativo. Siempre hay que equilibrar la honestidad y la sinceridad sobre la gravedad de los problemas con algún tipo de alternativa, solución, horizonte, etc.

¿Sería el caso, por ejemplo, de la palabra biodiversidad, como decías antes?

Biodiversidad es una palabra que es una poderosa aliada porque muchas de las palabras clave como cambio climático, contaminación, plástico, etc. Están cargadas de connotaciones negativas. En cambio, biodiversidad es un término con el que se puede hablar de problemas, de dificultades, de amenazas y de crisis, pero con que al mismo tiempo se puede hablar también en positivo. Es una palabra que no está necesariamente connotada negativamente sino al revés, en sí misma ofrece una especie de ilusión, de idea positiva.

¿Qué diferencia ves entre la comunicación de la investigación y la divulgación científica y la comunicación desde el periodismo especializado?

Creo que las fronteras son borrosas, incluida la participación de activistas de organizaciones. Y es importante que todos hagan el esfuerzo de comunicar fuera de su circuito académico u organizativo.

Tú que trabajas en la universidad ¿Cómo valoras el despertar de la conciencia ambiental juvenil?

Pues con mucha ilusión porque sí que es cierto que echaba de menos esa inquietud entre la gente más joven. Además de su actividad, de su protesta, es positivo y esperanzador que tengan un discurso bastante coherente, bastante informado, que no es solamente una pose o una moda, sino que trasluce que verdaderamente están asumiendo un liderazgo en un asunto en el que el resto de la sociedad, al menos en los últimos tiempos, no ha estado a la altura.


Lourdes González: “En el mundo rural hay muchas iniciativas que el periodismo podría divulgar”

Lourdes González Sotelo, bióloga, lleva dando clase 13 años ejerciendo como profesora de Biología y Geología, los último diez como profesora en la escuela rural CPI Poeta Uxío Novoneyra, en O Courel, en la montaña de (Lugo).

¿Qué diferencia ves entre comunicar biodiversidad en una escuela rural y desde el periodismo?

Una de las diferencias el que el periodista se dirige a un público muy general, sin embargo, yo me dirijo a mis alumnos a los que conozco bien

¿Crees que a ellos al estar más en contacto con la naturaleza les hace más respetarla?

Yo creo que sí. El problema es que hay un curriculum específico, un temario para la gente del rural. Depende un poco de nuestra voluntad lo que enseñamos.

¿Desde el punto de vista de la prensa supongo que la información rural tendrá más eco en el periodismo local pero desde tu punto de vista como se podría mejorar la información?

Si es cierto que falta información rural pero también es verdad que vive más gente en las ciudades. También cuando sale algo en la prensa sobre las aldeas la gente lo ve con orgullo. Supongo que sería interesante más información. Hay muchas iniciativas y muy bonitas. En Galicia y en otros sitios como en Pirineos.

¿Qué obstáculos te encuentras a la hora de divulgar biodiversidad en tu propio entorno?

Muchas veces el que la propia gente de aquí no lo valora, no le da la importancia que tiene porque está acostumbrada.